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Miguel Poveda
Ni Un Padre Nuestro
No lo sabe mi brazo, ni mi pierna,
Ni el hilo de mi voz, ni mi cintura,
Ni lo sabe la luna que está interna
En mi jardín de amor y desventura.
Y yo estoy muerto, sí, como una triste rosa,
Abandonao en la basura,
Como una jarra de agua de taberna
Que nadie apeteciera su frescura.
Y hoy que es domingo, Señor, he paseao
Mi cadáver de amor amortajao,
Como un espantapájaros siniestro.
La gente, sin asombro, me ha mirao
Mas ninguno el sombrero se ha quitao
Para rezarme, para rezarme
Ni un triste padrenuestro.
Ni un padrenuestro.
La gente, sin asombro, me ha mirao
Mas ninguno el sombrero se ha quitao
Para rezarme, para rezarme
Ni un triste padrenuestro.
Ni un padrenuestro.
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