Preguntas cómo hemos llegado a esta situación
De odiarnos y de avasallarnos con tanto rencor
¿Por qué?, preguntas ¿por qué? ¿por qué?
Incrédulos ante el abismo que nos parte en dos
Afanas toda la indulgencia nunca das un “yo”
¿Por qué?, insistes ¿por qué? ¿por qué?
Renaces embriagada en ira por el qué dirán
Me increpas, consternada y lloras que no puedes más
¿Por qué?, me gritas ¿por qué? ¿por qué?
Y me empiezo a preguntar si la respuesta te valdrá
Culpable de decir ya basta
Cuanto me desgastas con cada porqué
Culpable de quererte tanto que me equivoqué
Culpable de pedir perdón, de no saber cuál fue mi error
Culpable de seguir tratando de calmar tu voz
Si vuelves a preguntar, responderé con mi verdad
Culpable de decir ya basta
Cuanto me desgastas con cada porqué
Culpable de quererte tanto que me equivoqué
Culpable de pedir perdón por no tener la solución
Culpable de quererte tanto que olvidé mi voz