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Raimundo Amador
Que Maravilla
La niña de mi vecina,
Me tiene la cabeza medio loca,
Primo, como me mira.
Parece la mona lisa,
Cuando asoma por la ventana
Del patio, el interior de su sonrisa.
Su padre era el Alcalde,
De un pueblo de Sevilla,
Su madre era le reina
De un burdel, que había en Tarifa.
La dejaron siendo niña,
En un hospicio de Melilla,
Se casó con Mohamed,
Que mojando la hizo diez,
Que maravilla.
Se suelta primero el pelo,
Después suelta la blusa lentamente
Y yo caigo al suelo,
Que mala cuando adivina,
Que yo estoy en la penumbra
De mi cuarto, detrás de la cortina.
Y decidí, mandarle una carta clandestina
Con una cita a ciegas,
En el bar que hay en la esquina.
Yo me pondré un pañuelo
Solapao en mi chaquetilla,
Pa que tú me puedas ver,
Lo apañao, que puedo ser.
Y como los días,
Enganchado a las pasiones,
Formulando sentimientos,
Trajinando corazones,
Sentaíto en la escalera,
Sentaíto en la escalera
Que todo lo que sube, baja
Y mi niña que no llega.
Que maravilla.
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