Todos los domingos se va a la iglesia
Y en el primer banco siempre se sienta
Cuando el sacerdote dice la misa
Una luz se enciende en sus pupilas
Nadie se imagina que hace ya tiempo
Sin quererlo ella le ama en silencio
Nadie se imagina que está sufriendo
Al ver imposible su amor secreto
Ella vive enamorada, se muere por él
Y él no sabe nada
Ella todo lo que siente, quisiera gritarlo
Pero no se atreve,
Ella le pide a su Dios,
Que haga que le borre de su pensamiento
O que le de su amor
Siempre que la gente sale de misa
Se queda rezando, no tiene prisa
Llena de ternura y con prudencia
Le mira sin que él pueda darse cuenta
Luego se dirige al confesionario
Aunque su alma esté limpia de pecado
Pero así es feliz aunque sea un rato
Al estar allí, cerca de su amado