El era un auténtico príncipe azul
Más estirado y puesto que un maniquí
Que habitaba un palacio como el de Sissi
Y salía en la revistas del corazón
Que cuando tomaba dos copas de más
La emprendía a romper maleficios a besos
Más de una vez con anterioridad
Tuvo su alteza problemas por eso
Un reflejo que a la luna se le escapó
En la palma de un nenúfar la descubrió
Y como en el era frecuente
Inmediatamente la reconoció
Ella era un auténtica rana común
Que vivía ignorante de tal redentor
Cazando al vuelo insectos de su alrededor
Sin importarle un rábano el porvenir
Escuchaba absorta a un macho croar
Con la sangre alterada por la primavera
Cuando a traición aquel monstruoso animal
En un descuido la hizo prisionera
A la luz de las estrellas le acarició
Tiernamente la papada y la besó
Pero salió rana la rana
Y su alteza en rana se convirtió
Con el agua a la altura de la nariz
Descubrió horrorizado que para una vez
Que ocurren esas cosas funcionó al revés
Y desde entonces sólo hace que brincar
Es difícil su reinserción social
No se adapta a la vida de los batracios
Y la servidumbre como es natural
No le permite la entrada en palacio
Y en el jardín frondoso de sus papas
Hoy hay un príncipe menos y una rana más