Dondequiera que estés
Te gustará saber
Que por flaca que fuese la vereda
No malvendí tu pañuelo de seda
Y que jamás
Por más cansado que
Estuviere, abandoné
Tu recuerdo a la orilla del camino
Y por fría que fuera mi noche triste
No eché al fuego ni uno sólo
De los besos que me diste.
Por ti brilló mi sol un día
Y cuando pienso en ti brilla de nuevo
Sin que lo empañe la melancolía
De los fugaces amores eternos
Dondequiera que estés
Te gustará saber
Que te pude olvidar y no he querido
Y por fría que fuera mi noche triste
No eché al fuego ni uno sólo
De los besos que me diste.