|
Manolo Escobar
Tanguillos De La Defensa
Con el debido respeto
Y humildemente
Le expongo a Usía
Y a toda la compañía
Lo que esa noche pasó,
Cuando a Madrid yo venía
Cumpliendo mi obligación:
Yo venía cantando con alegría,
Mas no crea la Sala
Que estaba puesto por la bebía.
Y al salir de una curva me la topé.
Un borracho no frena, y yo frené.
En mitá el asfalto,
Me valga Santa Ana,
Estaba tendía
Igual que una rana.
Me tiré de un salto
Y me fui pa ella,
Ví que estaba viva,
Bendije mi estrella.
Y así me dijo Gracita:
Maldita sea mi suerte,
Ya estoy atropellaíta,
Soy la novia de la muerte.
Me la subí a la cabina,
Pues mi intención era sana,
Y la dejé en una esquina
Y así le dije: Con Dios, paisana.
Por la Pastora Divina
Que la he tratao como a mi hermana.
Yo juro solemnemente
Como lo piden las escrituras
Que de esta escalabraúra
Soy inocente del tó.
Que miente esa criatura
Lo mismo que Eva mintió.
Desde que el mundo es mundo,
A los varones,
Nos buscaron las hembras,
Señores míos, las perdiciones.
Si recuerdan la historia comprenderán
Que me pasa lo mismo
Que al Padre Adán.
Cuando ven que hay tela,
Y perdone Usía,
Se van a por uno como una jauría.
Y como yo tengo
La vida resuelta,
Esas sanguijuelas
Me buscan las vueltas.
Si por ser bueno y honrao
Y dar la sangre a cualquiera,
Y cumplir con lo mandao
De auxilio en la carretera,
Me puedo ver condenao
Y encerrao como una fiera,
Le juro, señor letrao,
Cuadre o no cuadre,
De esta manera:
Que no paro ni a mi padre
Ni aunque le vea
Las tripas fuera.
Que no paro ni a mi padre
Ni aunque le vea
Las tripas fuera.
|
|