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Antonio Amaya
Treinta Y Ocho
No vinieron mis amigos,
No vinieron esta tarde,
Mis amigos los sinceros,
Mis amigos los leales,
Los que yo creí,
Que estaban de mi lado y de mi parte
No vinieron mis amigos,
No vinieron esta tarde,
Preparé la mesa nueva,
Con mantel de días grandes,
Puse flores en el techo,
Puse flores en el aire,
Y cristales finos y ricos manjares,
Que quedaron solos,
Solos como en cárcel.
Me dejaron solo,
Como dejan solo
Al que nada tiene,
Al que nada vale,
Treinta y ocho velas,
Rojas como sangre,
Se quedaron mustias
Y sin apagarse,
Treinta y ocho años,
Y no tengo a nadie.
He salido como un loco,
A buscar quién me acompañe,
A invitar a los mendigos,
Que me encuentre por las calles,
Para que me canten,
Para que me hablen,
Para no estar solo,
Esta noche interminable,
Yo creí tener amigos,
Pero yo no tengo a nadie.
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